EL PODER TRANSFORMADOR DE LAS PAUSAS: Claves para reequilibrar tu vida y conectar contigo mismo
La vida, en su ritmo frenético, puede ser abrumadora, especialmente para aquellos que se dedican a cuidar a otros profesionalmente. Entre las exigencias laborales y las responsabilidades personales, se hace crucial encontrar momentos de pausa para bajar el ritmo y escucharnos a nosotros mismos.
El Valor de las Pausas
1. Reequilibrio emocional: Las pausas regulares brindan una oportunidad para que el cerebro procese las emociones acumuladas. Esto ayuda a evitar el agotamiento emocional y permite reiniciar con una perspectiva más clara.
2. Reconectar con uno mismo: Cuando nos detenemos, podemos reflexionar sobre nuestras necesidades y deseos. En esos momentos, se hace más fácil identificar qué cambios debemos hacer para alinear nuestro camino con nuestras aspiraciones.
3. Restauración del cuerpo: Fisiológicamente, el cuerpo se beneficia del descanso. La respiración se ralentiza, los músculos se relajan, y el ritmo cardíaco se normaliza. Esto puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Cómo Crear Pausas Significativas:
1. Practicar la consciencia plena: Tomar unos minutos para la respiración consciente, meditación o una breve caminata en la naturaleza puede ayudar a calmar la mente. Una meditación corta que me ayuda mucho a tomar consciencia es, hacer tres respiraciones profundas y luego formularme la siguiente pregunta: ¿Qué estoy haciendo en este momento? Y respondo lo que sea que hago, en ese momento sin emitir juicio alguno y aceptando lo que hago.
2. Expresión creativa: El arte, ya sea en forma de dibujo, pintura o escritura, ofrece una vía para exteriorizar las emociones y reconectar con el yo interior. Por ejemplo, pudes practicar escritura automática, en la que sin pensar lo que escribes dejas que tu mano escriba lo que de forma espontánea va surgiendo.
3. Diálogo interior: Reservar tiempo para escribir en un diario o reflexionar sobre nuestras emociones puede ser útil para procesar experiencias complejas. Por ejemplo, una vez fianlizada una sesión con un paciente, puedes volcar en tu libreta personal, las emociones que te envolvieron durante el trabajo con un nuevo paciente.
4. Desconexión digital: Apagar el teléfono y las notificaciones durante un tiempo al día nos permite desconectarnos del ruido externo y conectar con nosotros mismos. Muchas veces, nos puede parecer imprescindible mantener el teléfono encendido por "lo que pueda surgir", sin embargo, apagar el teléfono una vez vamos a dormir y no ncenderlo hasta haber desayunado, es una excelente práctica.
La Importancia del Ritmo Propio
Bajar el ritmo no es una señal de debilidad, sino una estrategia consciente de autocuidado.
Al frenar y escucharnos, podemos encontrar claridad, resiliencia y paz interior, lo que nos permite brindar un apoyo más compasivo a los demás sin sacrificar nuestro propio bienestar. Por lo general nos exigimos más de la cuenta y pocas veces somos conscientes de ello. En particular cuando hacemos cosas que nos apasionan. Sin embargo, sin importar si es algo que nos entretiene o un trabajo que nos exige mucho, el cuerpo siempre nos muestra señales de cúando debemos parar y es en ese preciso momento, en el que un dolor de cabeza se manifiesta, la molestia en una articulación se hace sentir o una llamada insperada toca a nuestra puerta, es el momento preciso para tomar un descanso, caminar descalzo, contemplar nuestras plantas o escuchar el canto de un pajarito, nos permite recuperar el ritmo saludable que nustro cuerpo y mente necesita en ese preciso momento.
Yo recupero mi ritmo participando en Retiros espirituales, en mi clase de Yoga Iyenga o contemplando un atardecer en el mar.
Y tu ¿cómo recuperas tu Propio Ritmo?
Esenciales las pausas. Yo medito. He empezado a hacer prácticas de Mindfulness y me están sentando bien.
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